Dragón en apuros

Ficha técnica

Colección: Las mágicas aventuras de la bruja Pamplinas. Libro 2

Autor: Sergio Luz

Ilustradora: Begoña Monge Moreno

Contenido: cuatro cuentos con 19 ilustraciones a color

Edad: de 6 a 12 años

Formato: 14 cm x 20,4 cm

Número de páginas: 118

Encuadernación: rústica

ISBN: 978-84-126190-1-0

Salida a la venta: 14 noviembre 2022

Precio: 10,95 €

Palabras clave:





Ficha técnica

Colección: Las mágicas aventuras de la bruja Pamplinas. Libro 2

Autor: Sergio Luz

Ilustradora: Begoña Monge Moreno

Contenido: cuatro cuentos con 19 ilustraciones a color

Edad: de 6 a 12 años

Formato: 14 cm x 21 cm

Número de páginas: 118

Encuadernación: rústica

ISBN: 978-84-126190-1-0

Salida a la venta: 14 noviembre 2022

Precio: 10,95 €

Un día de locos

Hay días en los que todo te sale mal y las cosas se complican. Al despertarse, Pamplinas no encuentra ni sus zapatillas, ni sus gafas, lo cual es grave porque nuestra bruja es muy miope. Para colmo, las tostadas del desayuno se le queman y, además, el chocolate líquido se convierte en una especie de hombrecillo de chocolate, que sale corriendo.

Las calamidades en la casa de la bruja Pamplinas prosiguen, poniendo a prueba la paciencia del gato Milkifú y de la lechuza Luf. En ese día de locos ocurren muchas más cosas, a cual más insólita y sorprendente.

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Hay días en los que todo te sale mal y las cosas se complican. Al despertarse, Pamplinas no encuentra ni sus zapatillas, ni sus gafas, lo cual es grave porque nuestra bruja es muy miope. Para colmo, las tostadas del desayuno se le queman y, además, el chocolate líquido se convierte en una especie de hombrecillo de chocolate, que sale corriendo.
Las calamidades en la casa de la bruja Pamplinas prosiguen, poniendo a prueba la paciencia del gato Milkifú y de la lechuza Luf. En ese día de locos ocurren muchas más cosas, a cual más insólita y sorprendente.


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Hay días en los que parece que todo te sale mal y las cosas se complican hasta el infinito, días en los que se diría que la mala suerte te acompaña en todo aquello que haces. Naturalmente, por muy bruja que sea, a Pamplinas también le pasa a veces.
En apariencia, era un día como cualquier otro. Sin embargo, al despertarse, la bruja Pamplinas se sintió extraña.
—¡Huy, qué rara me encuentro! ¡Qué cabeza más espesa tengo! —dijo.
Nuestra bruja se sentía un tanto torpe e insegura. Estaba de mal humor sin saber por qué.
—¿Dónde estarán mis zapatillas? No están en el sitio de siempre —se quejó al poner los pies en el frío suelo—. ¿No serán sonámbulas? ¿O es que se las han llevado los ratones?
—No, se han ido de excursión nocturna por el bosque —refunfuñó sarcástico el gato Milkifú a medio despertar—. Las tienes ahí, debajo de tu cama. Ponte las gafas, Pamplinas —añadió dándose la vuelta y haciéndose un ovillo para seguir durmiendo...

Dragón en apuros

En una soleada mañana, el pedregoso Krong viene a buscar a la bruja Pamplinas para que le ayude a salvar al joven dragón Eskram, que está pasándolo muy mal. Al pobre le han salido unos enormes lunares en las escamas, y se ve tan ridículo, que no se atreve ni a salir de su cueva. Está triste y apenas come. No vuela ni tampoco echa fuego por sus fauces, así que Krong teme por su vida.

Por supuesto, nuestra bruja Pamplinas parte enseguida en su auxilio, acompañada por su inseparable lechuza Luf. ¿Qué aventuras les aguardan?

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En una soleada mañana, el pedregoso Krong viene a buscar a la bruja Pamplinas para que le ayude a salvar al joven dragón Eskram, que está pasándolo muy mal. Al pobre le han salido unos enormes lunares en las escamas, y se ve tan ridículo, que no se atreve ni a salir de su cueva. Está triste y apenas come. No vuela ni tampoco echa fuego por sus fauces, así que Krong teme por su vida.
Por supuesto, nuestra bruja Pamplinas parte enseguida en su auxilio, acompañada por su inseparable lechuza Luf. ¿Qué aventuras les aguardan?


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Hacía una soleada mañana. La bruja Pamplinas estaba preparando un pastel de fresas, Milkifú dormitaba en el sillón y Luf volaba sin parar de un lado para otro. De repente, la casa giró sobre sí misma y emitió un extraño ruido.
—¿Viene alguien? —preguntó la bruja.
La casa no contestó, parecía que estaba dudando. Pero desde fuera se oyó:
—¡Déjame pasar! Traigo un asunto muy importante.
Pamplinas se asomó por la ventana y no vio a nadie, sólo un pedrusco en medio de su patio.
—¡Eh! Que soy yo. ¡No te quedes embobada mirando! —dijo el pedrusco.
La piedra se movió y la bruja se dio cuenta de que se trataba de un pedregoso.
—¡Ah, sí! ¡Casa, déjale pasar! —ordenó la bruja Pamplinas.
La casa se giró y abrió su puerta. El pedregoso entró con dificultad y se presentó:...

La feria del pueblo

Luf avisa a la bruja Pamplinas de que en el pueblo vecino se va a celebrar una feria con mercadillo, competiciones y concursos. Las dos amigas deciden ir a la feria. Pamplinas va a participar en el concurso de tartas, y la lechuza Luf, en la exhibición de vuelo de aves rapaces. Nuestra bruja conoce una antigua receta de una tarta de cerezas tan rica que hace cantar de gusto al que la prueba y decide llevarla a la feria.

¿Qué pasará? ¿La bruja Pamplinas ganará el concurso de tartas? ¿Cantarán los jueces al probar la tarta de Pamplinas?

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Luf avisa a la bruja Pamplinas de que en el pueblo vecino se va a celebrar una feria con mercadillo, competiciones y concursos. Las dos amigas deciden ir a la feria. Pamplinas va a participar en el concurso de tartas, y la lechuza Luf, en la exhibición de vuelo de aves rapaces. Nuestra bruja conoce una antigua receta de una tarta de cerezas tan rica que hace cantar de gusto al que la prueba y decide llevarla a la feria.
¿Qué pasará? ¿La bruja Pamplinas ganará el concurso de tartas? ¿Cantarán los jueces al probar la tarta de Pamplinas?

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—¡Pamplinas! ¡Pamplinas! ¡Pamplinas! —llamó excitada la lechuza Luf entrando por la ventana en un vuelo atropellado—. ¡Traigo noticias!
—¿Sí? ¿Qué noticias? —preguntó la bruja Pamplinas dejando por un momento de regar las plantas. Nuestra bruja tenía un modo muy peculiar de regar las plantas: una pequeña nube de tormenta se desplazaba por arte de magia de una maceta a otra, descargando una suave lluvia.
—Verás, el cuervo Picolargo me ha contado que en el pueblo vecino se va a celebrar mañana una feria con mercadillo —continuó Luf.
—¡Qué interesante! —exclamó Pamplinas—. Seguro que habrá muchos puestos de distintos artesanos, exhibiciones y concursos.
—Sí, y competiciones, baile, fuegos artificiales... —añadió nerviosa la lechuza.
—Voy a participar —la interrumpió la bruja—. Voy a competir en el concurso de tartas, que el año pasado me quedé con las ganas.
—¡Ah! Y yo voy a participar en la...

Una bonita excursión

Es un cuento para disfrutar paseando con la bruja Pamplinas y Luf por su querido bosque. Las dos amigas se encuentran con Elbor, el guardián de los árboles y su nueva inquilina, una ardilla muy parlanchina y un tanto cascarrabias, y charlan con ellos a gusto.

Un poco más tarde, Pamplinas cruza un alegre arroyo, que brilla chispeante bajo el sol. Pisa un tronco que lo atraviesa a modo de puente, cubierto de hojas secas de mil colores. De pronto, las hojas se ponen en movimiento y revolotean a su alrededor, formando un torbellino ascendente. ¡Qué alegría! Son mariposas que acarician a la bruja y a Luf con su aleteo y les hacen suaves cosquillas. Su bonito paseo no termina ahí.

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Es un cuento para disfrutar paseando con la bruja Pamplinas y Luf por su querido bosque. Las dos amigas se encuentran con Elbor, el guardián de los árboles y su nueva inquilina, una ardilla muy parlanchina y un tanto cascarrabias, y charlan con ellos a gusto.
Un poco más tarde, Pamplinas cruza un alegre arroyo, que brilla chispeante bajo el sol. Pisa un tronco que lo atraviesa a modo de puente, cubierto de hojas secas de mil colores. De pronto, las hojas se ponen en movimiento y revolotean a su alrededor, formando un torbellino ascendente. ¡Qué alegría! Son mariposas que acarician a la bruja y a Luf con su aleteo y les hacen suaves cosquillas. Su bonito paseo no termina ahí.

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—Luf, Milkifú, ¿qué os parece que nos vayamos de excursión? —preguntó la bruja Pamplinas nada más levantarse—. Hace una soleada mañana y estoy de muy buen humor. Podríamos prepararnos rápidamente y pasear por el bosque, ir en barca por el río, volar juntos...
—¡Qué buena idea has tenido! Lo pasaremos muy bien —respondió Luf ilusionada, volando sin parar de un lado para otro.
Milkifú gruñó:
—¿Es realmente necesario? Tendría que moverme. ¿No podríamos quedarnos en casa tranquilos? Yo estoy muy cansado; he soñado que tenía que correr tras un montón de ratones molestos. Creo que mejor me quedo guardando la casa y me recupero del esfuerzo.
La bruja Pamplinas y Luf partieron enseguida. En el camino, desayunaron moras y nueces, que recogieron en el bosque, y zumo de bayas con panecillos, que trajeron de casa. Iban despacio, sin un propósito especial, salvo el de disfrutar del paseo juntas.